Viste unos zapatos elegantes, pantalones negros, camisa blanca, pajarita y
frac, no es que la situación lo requiera, pero le gusta vestir así en sus
viajes flemáticos al silencio, a un mundo de ensueño, alejarse del ritmo
frenético que adquiere el tiempo en la ciudad, sentarse a observar los peces, las criaturas
hijas del mar y permitirse el lujo de ver una puesta de Sol sin contratiempos que
lo impidan. Tiene todo lo que necesita para su viaje indefinido: una gran
colección de libros y las herramientas necesarias para la subsitencia. No utiliza la cámara que lleva, uno no necesita recuerdos del edén
cuando vive en él, además no tiene intención de regresar a aquella vida insulsa
y rutinaria, que un día ha de acabar.
Abrió los ojos, las siete en punto marcaba su reloj de mano, se levantó con
una sonrisa en la cara, adolescente contrariado tiene la esperanza de que su
utopía del marinero latente un día llegue a existir, una meta plausible, sueño
de aquellos que desean escapar de las obligaciones, llevar una vida excéntrica
y bohemia.
Otman Amesnaou Alouat para
www.miproyectoyhobbie.blogspot.com.es
Eres una de las pocas personas que saben describe en su totalidad la belleza de las palabras y de las cosas.
ResponderEliminar(L)
bufff... es precioso, pero es muy personal, y sólo lo pillaran un puñado de personas,
ResponderEliminarsigue así joven escritor,