Hola John Gray

Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus. Me ha encantado el libro, muy recomendable.
El autor hace hincapié en que los hombres recordemos que las mujeres son de Venus para poder comprenderlas mejor, al igual que recomienda a las mujeres recordar que los hombres somos de Marte por la misma razón.

Pero... ¿los hombres sabemos que somos de Marte? ¿las mujeres saben que son de Venus?. Los hombres acostumbrados a tratar con mujeres ven que ellas siempre hablan de sus problemas y adoptan este hábito, por eso se sienten inseguros cuando no quieren hablar de algo que les moleste, esto les dificulta "ir a la cueva" y hace que una vez ahí, permanezcan más tiempo en ella, tal vez porque ahora tienen dos problemas que resolver: en primer lugar el problema que les provoque malestar y en segundo lugar la indecisión, indecisión por el axioma (inculcado por el entorno) de que deben compartir sus problemas en contraposición a su necesidad natural de retirarse, este es otro debate interno que nos hace divagar del problema concerniente. En muchas ocasiones, cuando un hombre está hablando con una mujer contándole un problema se siente raro al hacerlo y creo que esa es la razón, que él no quiere hacerlo, o de algún modo le incomoda, pero cree que eso es lo correcto aunque le haga sentir de esa manera, pero esto es un argumento de doble filo, ya que el creer que hablar de tus problemas te ayuda es una especie de placebo, que aunque sigas sintiéndote igual o peor te autoengañarás para creer que al hacer lo que has hecho, por ser lo mejor para ti, te encuentras mejor. Esta creencia nos impide reflexionar sobre si a los hombres nos conviene contar un problema o retirarnos directamente a la cueva. No digo que la opción que se elija deba ser en la que nos apoyemos siempre que tengamos una dificultad, pero si aprender a diferenciar cuándo nos hará sentir mejor retirarnos, si necesitamos tiempo; o compartir un problema si nos cuesta encontrar una solución.

La educación es un factor crucial en este tema, nos educan con la filosofía de la igualdad, pero no la matizan, somos iguales, si, pero en derecho y dignidad; ésto se resumen con una frase de Domingo Edjang Moreno 'valer lo mismo no es lo mismo que ser lo mismo' y es que tenemos necesidades diferentes pero que se complementan muy bien.